ALIMENTACIÓN con mayúsculas

Por: <br><strong>José Manuel Olmedo Doalto</strong>

Por:
José Manuel Olmedo Doalto

José Manuel Olmedo Doalto, responsable de Organización, Información y Sistemas en Supermercados Sanchez Romero aporta en este artículo una interesante visión sobre las transformaciones que ha sufrido el canal de distribución minorista. Desde luego han sido acentuadas por la pandemia, pero el incremento de la demanda online no excluye la necesidad de ofrecer características y servicios propios de la tienda física, que además complementa con su existencia este canal de venta a domicilio.
Por: <br><strong>José Manuel Olmedo Doalto</strong>

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José Manuel Olmedo Doalto

Hacia una no distinción entre tienda física y la online.

Alerta, pandemia…. Para sorpresa de muchos, y no tanto de otros, uno de los efectos de esta situación pandémica ha sido desde el principio el temor a la falta de abastecimiento de ALIMENTACIÓN. 

Internamente, el reto no ha consistido en el abastecimiento, garantizado desde el primer momento, sino en cómo acelerar la transformación digital en un sector en el que la tecnología, puesta a disposición de los clientes, no había terminado de encajar y de entender lo que podía aportar.

Entendemos que en el sector de la distribución de ALIMENTACIÓN hay clientes que únicamente buscan comodidad en la adquisición de su cesta de la compra, pero estos suponen únicamente un porcentaje minúsculo en el incremento de la venta online.

La situación vivida nos ha ratificado en la idea de que el reto consistía en utilizar la tecnología para poder mantener los servicios de la tienda presencial a través de entornos digitales.

¿Y cómo se consigue este reto? Realmente es inviable si se pretende realizarlo aislando un entorno respecto del otro, la tienda física frente a la venta online. No, no es ese el camino.

Ambos entornos tienen que representar un canal híbrido de ventas, donde la tecnología acerca la oferta de productos y servicios al cliente sin tener que desplazarse al establecimiento, garantizando la calidad del producto, pudiendo contar con el asesoramiento de los profesionales, y contando también con servicios digitales adicionales que mejoren aún más la experiencia de la compra presencial.

La tecnología acerca a clientes potenciales que no residen en zonas de influencia de los centros tradicionales la posibilidad de conocer el porfolio de productos y servicios que puede ofrecer una cadena local, como Supermercados Sánchez Romero, que no cuenta con una capilaridad nacional.

Clientes de centros de conveniencia pueden realizar su compra periódica sin desplazarse al establecimiento, seleccionando además fecha, hora y lugar de entrega. O bien recoger la compra en el punto elegido a la hora establecida.

El cliente puede conocer al detalle el producto de ALIMENTACIÓN que desea adquirir, focalizando no solo en su procedencia o elaboración, sino accediendo al último detalle de su composición o información nutricional. Incluso con acceso directo al fabricante/productor del producto.

La información al servicio del cliente, cuando y como la demande, y no basada en un bombardeo de publicidad no solicitado, en el mejor de los casos segmentado por hábitos de consumo, y en otros muchos distribuidos de manera genérica. Soy yo, CLIENTE, quien decido lo que quiero conocer, cuándo lo quiero conocer y a través de qué medio: por eso accedo al entorno digital de mi tienda de ALIMENTACIÓN especializada.

Y ¿por qué no?, si nuestro mayor potencial es nuestro personal, y así lo reconocen nuestros clientes, establezcamos una comunicación bidireccional entre nuestros colaboradores y nuestros clientes.

Ahora toca reforzar las ideas de explotación de las tecnologías disponibles, no renunciando en la tienda a los servicios que ya hemos conseguido en las compras no presenciales. Mejorando en definitiva la experiencia de compra en ALIMENTACIÓN, sin olvidar que el cliente tiene derecho a los mismos servicios, independientemente de donde o como realice su compra.

Se ha recorrido mucho camino, pero aún no se ve el final. La tecnología avanza a un ritmo todavía más frenético que el vivido en los últimos lustros del siglo XX, pero en el sector de la ALIMENTACIÓN es el cliente quien sabe lo que quiere. Y sabe que está estrechamente relacionada con la socialización de las personas, la cual no puede dejar de estar presente en todo momento.