El presente y el futuro del turismo pasan, entre otros elementos, por la capacidad de adopción de un modelo más eficiente, alejado de los patrones de desarrollo que hasta el momento lo han caracterizado. Un nuevo modelo que como premisas básicas contenga la gobernanza, la innovación, la sostenibilidad y la tecnología principalmente
- El escenario actual de los destinos turísticos.
La COVID-19 ha supuesto una verdadera parálisis de la actividad económica mundial, situando al sector turístico en su epicentro y frenando, con ello, las dinámicas de redistribución turística entre regiones que venían observándose. La crisis derivada ha reordenado las prioridades y necesidades del desarrollo turístico, situando entre los principales retos la digitalización, la sostenibilidad y la innovación como vectores de cambio.
La transformación digital, la gobernanza colaborativa, la sostenibilidad, el cambio climático, la inteligencia turística, la seguridad en destinos, la inclusión y el turismo para todos, son algunos de los principales elementos que están sirviendo de base para el diseño de planes de recuperación turística a nivel mundial. Un giro enmarcado en el contexto del modelo de Smart destination o destino turístico inteligente -en adelante, DTI- que representa el marco de desarrollo sobre el que la política y estrategia turística debe pivotar.
El modelo DTI se está consolidando como un nuevo enfoque de gestión en España, llegando a posicionarse como una referencia internacional. Los destinos turísticos españoles afrontan ya los grandes retos turísticos enmarcados en el contexto del modelo de DTI, que lideran la Sociedad Estatal para la Gestión de la Innovación y las Tecnologías Turísticas (Segittur en adelante) y la Comunidad Valenciana, a través del Instituto Valenciano de Tecnologías Turísticas (Invat·tur en adelante).
- Antecedentes del escenario smart en turismo.
Los orígenes del modelo DTI hay que buscarlos en el concepto de ciudad inteligente o Smart City, que según UNE (CTN 178/SC2/GT1) se define como “(…) la visión holística de una ciudad que aplica las TIC para la mejora de la calidad de vida y la accesibilidad de sus habitantes y asegura un desarrollo sostenible económico, social y ambiental en mejora permanente. Una ciudad inteligente permite a los ciudadanos interactuar con ella de forma multidisciplinar y se adapta en tiempo real a sus necesidades, de forma eficiente en calidad y costes, ofreciendo datos abiertos, soluciones y servicios orientados a los ciudadanos como personas, para resolver los efectos del crecimiento de las ciudades, en ámbitos públicos y privados, a través de la integración innovadora de infraestructuras con sistemas de gestión inteligente”.
Ahora bien, su aplicación a los destinos turísticos no puede hacerse de manera literal, es decir una ciudad inteligente no puede considerarse, per se, DTI, pues una ciudad se corresponde con un territorio administrativamente limitado, mientras que un destino turístico no cumple necesariamente con esta condición. Asimismo, la ciudad inteligente está orientada a los residentes, mientras que el DTI tiene en cuenta también las necesidades de los visitantes y, por lo tanto, se centra en incrementar la calidad de la experiencia. En esta misma línea, la interacción con el destino no comienza con la estancia (como pasaría con el residente), sino que comienza en la planificación y reserva del viaje y acaba mucho después de la visita al destino.
De estas peculiaridades nace el modelo de DTI que desde la base de la gobernanza pretende conseguir un mayor y mejor control sobre la actividad turística, para asegurar una gestión más sostenible y eficiente y mejorar la rentabilidad y competitividad de los destinos. Segittur (2015) define el DTI como “un espacio turístico innovador, accesible para todos, consolidado sobre una infraestructura tecnológica de vanguardia que garantiza el desarrollo sostenible del territorio, facilita la interacción e integración del visitante con el entorno e incrementa la calidad de su experiencia en el destino y la calidad de vida de los residentes”.
- De la irrupción de la tecnología a los destinos turísticos inteligentes.
El rápido desarrollo de Internet y las tecnologías de la información y comunicación asociadas (en adelante TIC), ha impulsado la aparición de un escenario turístico renovado donde el turista, ahora digital, hace un uso intensivo de las tecnologías inteligentes o Smart technologies (Neuhofer et al, 2015; Gretzel et al, 2015). Se trata del nuevo escenario inteligente o Smart tourism, sin duda marcado por la intensificación del uso de las TIC, que estimulan el desarrollo de servicios y experiencias personalizadas (Smart experiences) y derivan a su vez en una mejora de la competitividad turística (Koo et al, 2016).
La evolución de las TIC ha contribuido al nacimiento del actual escenario Smart tourism, que supone un enorme reto para la gestión de los destinos turísticos (Celdran-Bernabeu et al, 2018), se considera como la evolución lógica del e-Tourism (Gretzel et al., 2015) y se define como “un turismo sustentado por los esfuerzos conjuntos del destino para obtener información de fuentes físicas y digitales que, combinadas con tecnologías avanzadas, son capaces de transformar los datos en experiencias e interesantes propuestas de valor enfocadas a la eficiencia, sostenibilidad y mejora de la experiencia turística” (Gretzel et al., 2015: 181).
Si bien los entornos digitales resultantes del Smart tourism pueden fomentar la cooperación, la transferencia de conocimiento y los procesos de innovación en el sistema turístico, obligan a los destinos a emprender cambios en los procesos de planificación y gestión turística. Es por ello por lo que surgen ahora enfoques adaptados a la digitalización de la actividad, como el enfoque DTI o Smart destination.
El enfoque DTI es, entre otras cuestiones, una respuesta de los destinos ante los distintos retos turístico-tecnológicos que genera la intensa digitalización de la actividad del sector. Entre los beneficios de este enfoque se encuentra la incorporación de la tecnología, pues es el sector tecnológico quien más ha apostado por la evolución de las ciudades y destinos hacia el paradigma inteligente, lo que permite la puesta en marcha de nuevas estrategias y acciones desde la base de la generación de información y conocimiento. Pero partiendo de un factor de base que actúa como elemento horizontal y palanca real para el avance hacia el modelo DTI: la gobernanza.
Esto ha hecho que se haya convertido en una línea de trabajo de vital importancia para muchos destinos (Parra-López & Oreja-Rodríguez, 2014; Femenia-Serra & Ivars-Baidal, 2018), generando cambios incluso en sus modelos de gestión, que evolucionan ahora hacia entes mixtos alineados con destinos de referencia del entorno europeo (Ivars-Baidal et al., 2018).
- El despliegue del modelo DTI en España: el caso de la Comunitat Valenciana
El modelo de destinos turísticos inteligentes de la Comunitat Valenciana (DTI-CV en adelante) representa la referencia para el desarrollo de la estrategia desde su definición en el año 2014. Desde entonces, el modelo de planificación y gestión inteligente se ha consolidado a nivel general como marco de referencia para el futuro de los destinos turísticos.
En el caso de la Comunitat Valenciana, la planificación y gestión inteligente ocupa un lugar importante tanto a nivel de política y estrategia como de operativa turística. En el plano de la política turística, la Ley 15/2018, de 7 de junio, de turismo, ocio y hospitalidad de la Comunitat Valenciana, contempla la inclusión de las premisas que conforman las bases del modelo DTI-CV: gobernanza, sostenibilidad, tecnología y sistemas de información, entre otras cuestiones. Mientras que el Plan Estratégico de Turismo de la Comunitat Valenciana 2020-2025 recoge de forma directa tanto en la visión propuesta como en su estructura programática el objetivo de facilitar la transición del territorio turístico valenciano hacia un escenario de planificación y gestión inteligente.
En el plano operativo, desde Turisme Comunitat Valenciana, a través del Invat·tur, se trabaja para impulsar la competitividad de los destinos a través de la Oficina de Asistencia Técnica DTI-CV, encargada de la coordinación de acciones de apoyo a los destinos, organismos y empresas; y responsable también de la coordinación de la Red de Destinos Turísticos Inteligentes de la Comunitat Valenciana, actualmente integrada por 87 destinos municipales y supramunicipales, además de empresas tecnológicas y centros de conocimiento.
El modelo de la Comunitat Valenciana (Figura 1) está formado por los ejes de gobernanza, sostenibilidad, accesibilidad, innovación, sistemas de información y marketing, asociados también a diferentes indicadores (72).
Figura 1. Modelo DTI-CV
Fuente: Invat·tur (2015)
Su despliegue implica, no obstante, el cumplimiento de unas premisas básicas por parte de los destinos como garantía para evitar el fracaso:
- Contar un plan estratégico de turismo, pues si no existe una estrategia previa carece de sentido el planteamiento de la planificación y gestión inteligente. El destino primero debe definir su modelo turístico, su visión de futuro, su estructura de gestión, sus productos y mercados prioritarios, su estrategia de marketing y comunicación, etc., para poder gestionarlos en clave inteligente.
- Disponibilidad de estructura y personal técnico que pueda encargarse del desarrollo del plan (con o sin apoyo de una empresa externa) y del seguimiento de las actuaciones.
En general, la estrategia y el modelo DTI-CV avanzan en un contexto de desarrollo marcado por el devenir que la propia adaptación a la realidad de los destinos y el contexto turístico exige, respondiendo a cuestiones que en sus inicios no se contemplaban y en línea con su propia filosofía de modelo abierto y adaptable.
Tras tres años de funcionamiento de la Red DTI-CV, herramienta clave en el despliegue del modelo, los avances de los destinos son claros:
- Benidorm se ha convertido en el primer destino turístico inteligente certificado del mundo;
- València lidera la carrera por la sostenibilidad ambiental en destinos y se sitúa como ejemplo mundial en aplicación de sistemas de inteligencia turística;
- Finestrat representa el ejemplo de destino pequeño que ha sido capaz de adaptar y reajustar su estructura de gestión y está extendiendo su transformación hacia la conversión del Puig Campana en la primera montaña inteligente;
- Alcoy, de ciudad industrial a laboratorio de innovación turística. Son ejemplos significativos de destinos que cuentan con modelo y estructura de gestión, y que sobre la base de la gobernanza están evolucionando en clave de DTI.
Los destinos turísticos tienen la obligación de evolucionar de la mano de la tecnología, principal protagonista del paradigma smart city. Pero deben hacerlo desde la base de la redefinición de su modelo, de su forma de trabajar, de los protagonistas que forman parte de la toma de decisiones, de la idea de que deben ser gestionados para turistas y, sobre todo, ciudadanos, evitando la estandarización y el sobredimensionamiento en las actuaciones a desarrollar. Esto es, concebir el DTI como un modelo de gestión que requiere de un modelo de ciudad, de territorio, de destino turístico. Sólo así se podrán evitar repetir los errores en el desarrollo del modelo de smart city en los destinos turísticos, esto es la excesiva dependencia de la tecnología derivada, en cierto modo, de su concepción como fin y no como medio.