«El gobierno no genera empleo, y tampoco la administración pública, sino los emprendedores individuales y colectivos, los empresarios. Por esto es muy importante tener claro cuál es el rol de la Administración, su papel vertebrador y posibilitador».
Almudena Moreno es muchas cosas, además de un torbellino de ideas, que lanza en respuestas donde revela una cabeza bien formada, y mucho corazón. Hemos querido entrevistarla para Bifurcaciones para que nos transmitiera la experiencia de su paso por la Dirección General de Autónomos y Emprendedores de la CAM, para la que fue propuesta por Ciudadanos como profesional independiente. Hasta entonces había ejercido como directiva de Telefónica en Open Future, el programa con el que la compañía desarrolla de forma exclusiva alianzas con socios públicos y privados por todo el mundo, con el objetivo de dinamizar ecosistemas locales de emprendimiento. Llegó allí desde el área de Estrategia y Aceleración de Negocios, y antes desde su labor como manager en diferentes unidades de negocio. Sus inicios profesionales fueron con la startup ‘PiensaenRed’ en 1999, aspirando a convertirse en la primera empresa basada en aplicar las teorías de las por entonces nacientes redes sociales.
¿Qué te motivó a trasladarte de Telefónica y aceptar el nombramiento político para un cargo técnico de la CAM?
Fundamentalmente, me inspiraron a aceptarlo los versos de una poetisa chilena, Gabriela Mistral, que se titula El placer de servir. «Donde hay un árbol que plantar, plántalo tú / Donde hay un error que enmendar, enmiéndalo tú / Donde hay un esfuerzo que todos esquiven, acéptalo tú / (Almudena nos lee el poema completo, que termina con la pregunta de ¿Serviste hoy? ¿A quién?). Entendí este nombramiento no tanto por la vertiente política del asunto sino por la del servicio público. Era una oportunidad única tener la capacidad de transformar desde una dirección general, y lo que más me ilusionó, lo que me motivó a dar el paso, fue ser de utilidad a la sociedad. Me gustaría puntualizar además que no hace falta estar a disgusto en un sitio para cambiar, la transformación y el cambio no debe ser una huida, porque una situación no es favorable, sino una constante que busquemos en nuestra vida como un elemento de desarrollo, de evolución y de elevar ese nivel de ambición y de utilidad social.
¿Cómo ha sido la experiencia de trasladar la creación de ecosistemas a un ámbito tan distinto del privado como la Administración Pública?
Lo primero, quiero dejar claro que hay un elemento importante a tener en cuenta en la creación de ecosistemas. El ecosistema no es una cuestión que se dirima entre lo público y lo privado, sino una constelación de elementos donde lo importante son los elementos de interacción y vertebración que tienen que existir entre unos y otros. La educación como pilar clave, el mundo académico, las universidades, empresas, y elementos legislativos, que son algunos de los muchos elementos que constituyen un ecosistema. Pero sobre todo su elemento principal, que es siempre la persona. Al igual que en contexto de la digitalización, donde a menudo hablamos de tecnologías posibilitadoras, olvidando que su centro es la persona.
He tenido la oportunidad de trasladar en mi equipo y en toda la Consejería de Economía, Empleo y Competitividad con los que hemos interaccionado la importancia de esa apertura y esa colaboración global. El elemento Covid, con su crisis económica, sanitaria y mundial ha favorecido que se implementara esta conciencia de cooperación global, de establecer un criterio de confianza. Y también de entender que la Administración tiene un papel vertebrador, integrador y facilitador. Nosotros teníamos que ser posibilitadores y conectores de todos los actores para hacer posible la creación de ecosistemas.
La forma de materializar esto en la Administración ha sido a través de proyectos europeos coordinados con otras CC.AA como por ejemplo “Overcoming Barriers for Innovation in the Entrepreneurship Ecosystems of Andalusia, Navarre, Extremadura, and Madrid (21ES61)” Concedido por la Comisión Europea el 3 de marzo de 2021 . Ha sido la primera vez que se presentaban a la Comisión Europea proyectos interregionales. Otro ejemplo, de colaboración el proyecto RECRUIT Social Economy Missions, en consorcio con otros países como Portugal, Francia.
Definir y proyectar a la Comunidad de Madrid como una región emprendedora atractiva para el talento y la inversión, mediante el reconocimiento institucional internacional, ha sido prioritario durante mi paso por la DGA y así, por primera vez en la historia de la Comunidad de Madrid, del European Entrepreneurial Region EER 2021-2022. Concedido por el Comité de las Regiones.
Más de setenta cartas de agentes públicos, privados, corporaciones y universidades refrendaron este papel. Esto es la creación de ecosistemas, la ruptura de barreras, la permanente colaboración y una visión generosa y muy abierta para afrontar los desafíos que nos tocan vivir.
Insistes a menudo en que para generar un ecosistema de emprendimiento se necesitan alianzas con socios privados y públicos. ¿Estas alianzas son más fáciles de alcanzar desde un organismo público?
Las alianzas se logran constituir cuando, con independencia de que seas público o privado, compartas la misma visión. Lo que facilita el desarrollo de alianzas es tener el mismo propósito, la misma sensibilidad a la hora de plantear una estrategia, un plan de acción y destinar unos recursos. Esto es para mi lo realmente importante y con lo que me he encontrado. Si lo que quieres dar a entender es que lo público, por la relevancia que tiene, obliga a lo privado a rendirle pleitesía, yo la verdad es que no me he encontrado eso, sino la misma colaboración desde lo público a lo privado en la Administración, que antes encontré desde lo privado a lo público. Es decir que lo determinante es compartir la visión y aceptar la necesidad de colaboración global.
Hablemos de plazos. ¿Son suficientes cuatro años de legislatura para que un proyecto así de frutos en un territorio?
En cuatro años se pueden hacer muchas cosas, de hecho nosotros hemos hecho mucho en dos. Lo que sucede es que realmente, tal y como está concebida nuestra política, donde carecemos de un proyecto país consensuado, con una idea clara de cuál debe ser la España de dentro de 20 años, es muy difícil. No hemos hecho esa carta a los Reyes Magos, planteando qué tendríamos que tener desde el punto de vista de la industria, de la educación, de las infraestructuras. Todos esos aspectos débiles de la sociedad y la economía españolas, la baja productividad, la sostenibilidad de las finanzas públicas, retener el talento, todo esto tipo de cuestiones, tendrían que ser comunes y consensuadas, no cuestionadas cada cuatro años. Eso es lo que hace que realmente evolucionemos de una forma muy desordenada, con el síndrome del paracaidista, dependiendo del partido político que gobierne cambia todo lo anterior, sea o no necesario. Tenemos muchos ejemplos, con las leyes de educación y las laborales, donde estamos continuamente cambiando las cosas. A veces cuatro años no son nada porque lo que se construye en ellos luego se destruye en dos días.
Cuéntanos cómo has liderado tú ese cambio en solo dos años.
Yo te puedo hablar de los logros que conseguimos teniendo en cuenta que en la Administración el éxito de gestión se mide en función del presupuesto ejecutado. En mi caso, la cantidad de dinero que has puesto a disposición de los emprendedores indivuales y colectivos de la CAM. En el ejercicio 20/20 pasamos de 35 a 90 millones de euros y basamos la estrategia en tres pilares. Ayudas directas para solventar los problemas de liquidez que provocó el Covid, ayudas a pago de las cuotas de la Seguridad Social para continuidad de los emprendimientos, y en tercer lugar la construcción. No reconstrucción, porque queríamos explicar a todos los emprendedores que nada de lo que había habido en cuanto a procesos de negocio y escenarios iba a seguir siendo igual.
Desarrollamos el programa Persevera, iniciativa público-privada en la que a través de una plataforma y con la ayuda de mentores voluntarios de todo el mundo los emprendedores podían recibir formación continua. Del análisis de las políticas públicas, otro elemento diferenciador que hemos implementado, encontramos que renovar el catálogo formativo y buscar la especificidad y la flexibilidad era fundamental. Hubo voluntarios a la formación y orientación de emprendedores desde todo el mundo, asistiendo online las consultas. Dimos un 50% más de ayudas para la responsabilidad social y la conciliación. Trabajamos en la digitalización completa, de los Registros de las cooperativas, de las bases de datos, y posibilitamos el teletrabajo del 100% de la plantilla de funcionarios, y la digitalización completa de los procesos de solicitud y concesión de ayudas.
También ampliamos la creación del ecosistema de encuentro y colaboración vía comunicación, hubo más de 120.000 mailings a autónomos, 550 reuniones, colaboración con todo tipo de entidades. Y también la búsqueda de empresas que pudieran ayudar específicamente a colectivos dentro de un sector. Como aquellas que pudieran modernizar la construcción. Además de eso internacionalizamos, uniéndonos con otras CCAA, como te comentaba en una pregunta anterior, a los programas de la UE.
Sí, desde luego que se puede pueden hacer muchas cosas. Hace falta tener la voluntad de hacerlo y tener experiencia en la gestión. A veces no todo el mundo está acostumbrado a gestionar. Cuatro años dan mucho de sí, y el 20/20, que ha sido vivir diez años en uno por la pandemia, también. Es una cuestión de voluntad y de conseguir un equipo motivado que vea la necesidad de transformar y la capacidad de la Administración para hacer cosas extraordinarias por los ciudadanos.
Y cuando se tiene el poder en lo público, ¿se tiene suficiente para cambiar todo lo que querrías? ¿O se te ponen más límites?
Yo creo que el tema del poder hay que entenderlo en términos de responsabilidad. Tanto en la empresa privada como en la pública. Con absoluta sinceridad, no he tenido límites en ninguno de los dos ámbitos para poder abordar los cambios, las transformaciones, para implementar las mejoras y buscar las eficiencias. He encontrado las dificultades propias que implica la transformación, que resulta incómoda y no es plato de buen gusto. Pero no es una cuestión de poder, sino de actitud de las personas. Por supuesto que es necesario tener la capacidad para transformar, pero lo importante es querer cambiar las cosas, porque también hay gente con mucho poder que no quiere cambiar nada, y otros que por su motivación personal y sin apenas poder son determinantes.
Las subvenciones ¿pueden ayudar a la generación de empleo cuando se conceden a autónomos? Cuánto hay que desembolsar para conseguirlo.
Las ayudas tienen que servir un propósito concreto, realmente una ayuda puede en un momento determinado facilitar la contratación de personas, ha habido ayudas en esta pandemia para facilitar la contratación de los sectores más desfavorecidos. De hecho hay toda una batería de medidas para conseguirlo, pero son, creo, una cuestión muy puntual debido a la situación que vivimos. No puede ser algo crónico, ni inyectar capital desde la Administración para generar contratos, pues eso sería una ficción económica que más tarde o más temprano terminaría explotando.
Porqué las administraciones solo emplean subvenciones y no instrumentos como créditos a cero interés preconcedidos que permitieran gestionar el dinero público de otra manera.
La Administración es asistencial, por lo que concede subvenciones directas o por concurrencia competitiva, pero no es competencia del estado conceder créditos, que es algo vinculado al mundo financiero.
El modelo clásico de financiación de autónomos desde la Administración son instrumentos como el ICO, o Aval Madrid. Y las rondas de financiación que ahora emplean las startups. Existe esto en lo público. Tendría sentido hacerlo.
De hecho ya hay precedentes en los que la Administración funciona como «venture capital». No a través del ICO, sino con del CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial), y te puedo dar un ejemplo de lo que hicimos con los fondos Amérigo en Telefónica, que era un venture capital con un gestor privado y participación de inversores privados y públicos, uno de los cuales era el CDTI. Hay precedentes y se está haciendo, en otros países del ámbito anglosajón hay una participación no sé si más activa pero sí con más protagonismo. Está claro que el elemento financiación marca la diferencia entre los diferentes sistemas de emprendimiento, sobre todo los de base digital.
Y en cuanto a la rapidez de los trámites. En Nueva Zelanda, Singapur y Canadá se tarda 1 o 2 días en formalizar una empresa. En España 12, con 7 trámites diferentes, lo que nos coloca en el puesto 86 del mundo en dificultad. ¿Esto se puede cambiar desde una CCAA?
Por simplificarlo mucho: ¿cuáles son los elementos que hacen que la administración pública no sea eficiente? El gran talón de Aquiles, la gran debilidad, es la inexistencia de interoperabilidad entre los distintos sistemas y bases de datos que manejan las administraciones. Tal y como tenemos concebido el estado, con la administración central, la autonómica y la municipal, más el sistema competencial, esto provoca que haya mucha complejidad en cualquier trámite. Desde la CCAA se puede cambiar todo lo que está bajo el perímetro de tu competencia, y puedes hacer más eficientes algunos procesos, como hemos hecho. Pero en aquellas administraciones que escapan a tu nivel competencial hace que no te quede más remedio que someterte a esas demoras y retrasos. Esta ineficiencia en la Administración subraya la importancia de tener un proyecto país, donde la trazabilidad e interoperabilidad de la información que se le pide al ciudadano una y otra vez no fuese necesaria.
Un mensaje recurrente hoy es que Europa se está quedando retrasada en tecnología frente a China o EEUU. ¿Pueden los emprendedores locales darle la vuelta a esta situación con apoyo?
Decididamente, sí. Europa perdió el liderazgo tecnológico desde que inventara el protocolo de transmisión TCP/IP. Tenemos ejemplos como Nokia o Eriksson que han ido mermando o desapareciendo. La gran diferencia entre un ecosistema como el americano o el chino viene del capital, el apoyo decidido que hacen las administraciones al emprendimiento. No creo que la diferencia esté en el talento, a menudo vemos ejemplos de la fuga de talentos que tenemos en España, e históricamente hemos destacado en dar ingenieros y biosanitarios al resto de países. La situación se puede revertir, pero con una planificación y un proyecto al nivel europeo. Europa tiene un hándicap, que es idiomático, si hace la analogía con EEUU allí tienes un mercado único de 300 millones de personas y en Europa mucha barrera idiomática. Se puede hacer con medidas a largo plazo, consenso y líneas comunes, con polos y centros tecnológicos de alto nivel.
Steve Jobs no sabía demasiado de tecnología pero se le ocurrían ideas geniales. En el mundo de hoy tiene cabida este perfil, o es necesario el especialista que además invente.
En el mundo de hoy es súper necesario este perfil. Steve Jobs era un creativo que se planteaba hacer las cosas de una forma diferente, más fácil. El gran desafío que tuvo fue acercar los ordenadores al uso doméstico. La creatividad es absolutamente necesaria, ver las cosas de forma distinta, pero no necesariamente en forma de invento, sino de propuesta de valor sobre unos elementos para hacerlos más útiles, que se adapte a lo que se necesite. Por otro lado se necesitan especialistas con conocimientos muy específicos, pero no tiene porqué converger en el mismo perfil. De hecho yo creo que son procesos distintos donde a menudo quien destaca en creatividad no suele hacerlo en la puesta en producción, por lo cual ambos perfiles son complementarios, pueden converger en un individuo, pero normalmente no lo hacen.
¿Es el emprendimiento la mejor arma contra el paro?
Claramente sí. En el contexto de la era digital el empleo es distinto a cómo era en el pasado. Este es uno de los elementos que más nos está costando entender. En esta era era en la economía del conocimiento es clave para el desarrollo de todo el planeta es muy importante. Cierto que en ocasiones no somos capaces de dar respuesta a esta nueva economía con las herramientas que se requieren. Atravesamos una pequeña crisis donde no sabemos dotar de herramientas para la hiperpersonalización y la capacidad de teletrabajar para múltiples empresas desde tu casa es fundamental entenderlo. Entender que el emprendimiento no es una salida al paro, sino la forma que va a tomar el trabajo del futuro.
La promesa electoral clásica de cualquier gobierno es reducir el paro. ¿Tú crees que la administración tiene que aplicar sistemas como los de OpenFuture para conseguirlo?
El gobierno no genera empleo, y tampoco la administración pública, sino los emprendedores individuales y colectivos. Por esto es muy importante tener claro cuál es el rol de la Administración, su papel vertebrador y posibilitador. Desde la vertiente de sus competencias tiene que tener desarrollos jurídicos que aceleren al máximo la contratación y conecten la demanda de empleo con las necesidades de las empresas. Tiene que ayudar y colaborar, ser de utilidad al empresario y al emprendedor.
Tú has tenido una reciente experiencia con eso, además.
Desde luego, y no puedo decir que desde la Dirección General de Autónomos hayamos generado empleo, no, lo que hemos hecho es, una vez analizada la situación, dar las herramientas y dotarlas de lo que considerábamos que se necesitaba para mantener la actividad. En otro momento, cuando estamos pensando en cómo construir el tejido empresarial en la era post-covid, en la etapa de la consolidación, qué mecanismos hay que mantener para que esos emprendedores individuales y colectivos sigan con su actividad, se internacionalicen. En estos elementos hemos trabajado, y somos ese sustrato, esas sales minerales con que se alimentan las plantas, pero las plantas, per sé, son seres independientes.
Lo tiene más fácil o más difícil la mujer emprendedora. ¿Hay también que facilitar discriminando positivamente desde la Administración pública?
Del total de emprendedores individuales inscritos en RETA el 36,4% son mujeres. No sé si esa diferencia responde a una cuestión de tenerlo más difícil como mujer, porque si lo analizas en términos mundiales el emprendimiento femenino arroja cifras de 650.000 mujeres liderando proyectos empresariales. Lo que sí es cierto es que hay un determinante cultural, en el emprendimiento hay un factor de riesgo que por cultura la mujer a veces es menos proclive a asumir. En España menos del 20% de las mujeres lideran el sector digital, y es verdad que faltan referentes, que hay dificultades de acceso a las posiciones directivas en las compañías, y prioridades distintas, diferencias también en la educación, sesgos mentales. Incluso el acceso a la financiación es de cierta dificultad. No sé si deberíamos discriminar positivamente con ayudas, ni si esa es la solución. Sí que hay que potenciar muchísimo la educación, las vocaciones científico-tecnológicas y que el emprendimiento sea una opción con independencia del género. Es un elemento cultural, y no se puede solventar solo con ayudas, que resultarían un parche. El problema está en las escuelas, en los modelos y en la educación.
¿Hay una edad para emprender?
No, no la hay. Hay chavales de doce años, de siete, que arrancan sus iniciativas y hay personas que con sesenta años se ponen en marcha. No hay una edad, esto es una cuestión de voluntad.
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