Fintech: democratizando la gestión financiera gracias a la tecnología

Por: <br><strong>Juan Jesús Velasco</strong>

Por:
Juan Jesús Velasco

Esta es una de las claves de las fintech, empoderar al usuario con mayor control de lo que pasa y sin necesidad de convertirse en un experto en finanzas o en banca. Los algoritmos son los que guían y ayudan en pos de conseguir un mejor control del dinero y, si es posible, ofrecer mejores condiciones o rentabilidades a los usuarios e, incluso, pensar en su jubilación.
Por: <br><strong>Juan Jesús Velasco</strong>

Por:
Juan Jesús Velasco

Creo que han pasado unos 10 años desde la última vez que pisé una oficina bancaria para realizar una gestión. Desde entonces, mi relación con el banco se basa en el autoservicio, en una web, una app y, por supuesto, la red de cajeros automáticos; es decir, gestionar mis finanzas y mi dinero sin interacción humana.

Esta relación digital ha ido asentándose entre nosotros, casi sin darnos cuenta, y ha provocado un gran impacto en el modelo de negocio de la banca y, por supuesto, en su forma de relacionarse y tratar con los clientes. Ahora nos encontramos ante todo lo contrario: cierre de oficinas, horarios restringidos y, a veces, comisiones o normas que nos empujan hacia los medios electrónicos y penalizan, precisamente, la atención personal.

La transformación del negocio bancario, de lo presencial a lo digital

Hace 20 o 30 años la banca era un servicio de cercanía que se basaba en la capilaridad con una oficina por cada barrio, atención personal y horarios en fines de semana para poder atender a los clientes que no podían realizar sus gestiones en horario laboral. Ahora nos encontramos ante todo lo contrario: cierre de oficinas, horarios restringidos y, a veces, comisiones o normas que nos empujan hacia los medios electrónicos y penalizan, precisamente, la atención personal.

Casi sin darnos cuenta, en los últimos 12 años se han cerrado más oficinas bancarias que las que quedan abiertas; es decir, quedan 22.271 oficinas bancarias abiertas en España y se han cerrado 23.391 y esta tendencia a cerrar sucursales se va a seguir manteniendo. El modelo ha cambiado hacia la búsqueda de la eficiencia y la rentabilidad a través de la concentración y reducción de estructura. Según JP Morgan, para 2025 se habrán cerrado alrededor de 14.000 oficinas más en España que, por cierto, es el segundo país de la UE que más sucursales bancarias tenía por cada millón de habitantes (483). 

¿Y por qué esta transformación? Porque el cliente ha cambiado de hábitos y el sector también ha cambiado radicalmente.

Por un lado, el cliente está cambiando y bancos como BBVA, Santander y Caixabank ya tienen al 65% de sus clientes operando a través de sus canales digitales y según JP Morgan, por cada punto que crezca el porcentaje de operaciones digitales se puede reducir un 2,8% de las oficinas bancarias.

Si a esto le sumamos que los propios bancos nos han empujado al canal digital (y a usar cada vez menos los servicios presenciales) y que han llegado las fintech con propuestas de valor alternativas e innovadoras y con enfoques distintos al de la banca tradicional; queda muy claro que la gestión financiera personal (y también la de las empresas) va a estar basada en servicios online y cada vez menos en la interacción con otras personas.

La revolución fintech: startups e innovadores que empujan a los bancos a cambiar y transformarse

¿Y qué son las empresas fintech? Se engloba dentro de la etiqueta fintech a empresas se base tecnológica que llevan al mercado soluciones innovadoras en el ámbito de la gestión financiera; es decir, empresas que desarrollan soluciones y servicios orientados a la transformación digital de los servicios bancarios y financieros.

Esta es una de las claves de las fintech, empoderar al usuario con mayor control de lo que pasa y sin necesidad de convertirse en un experto en finanzas o en banca. Los algoritmos son los que guían y ayudan en pos de conseguir un mejor control del dinero y, si es posible, ofrecer mejores condiciones o rentabilidades a los usuarios e, incluso, pensar en su jubilación.

Quizás, definido así, pueda sonar como algo muy etéreo pero el paraguas de las fintech engloba a empresas que ofrecen nuevos servicios financieros apoyándose en la tecnología; aportan valor a los servicios financieros actuales;  ofrecen mecanismos de desintermediación; permiten una gestión a menor coste (ahorros en estructura, por ejemplo); aportan transparencia, ahorros o acceso a productos financieros que, hasta el momento, no estaban al alcance del gran público; e incluso pueden aportar a las empresas servicios y mecanismos de financiación que antes no estaban al alcance de la pequeña y mediana empresa.

Seguramente, a estas alturas y con estas pequeñas definiciones, te vengan a la mente servicios digitales y startups que están trabajando en este sector ofreciendo wallets de criptomonedas, plataformas para comprar y vender acciones en la bolsa, robo-advisors de inversión, fondos de inversión gestionados por robots, servicios de transferencia y pagos entre particulares (sí, hablamos de Bizum), servicios de asesoramiento financiero, neo-bancos, marketplaces de servicios…

Aunque hay bancos tradicionales que empiezan a ofrecer cierto análisis a partir de nuestras transacciones financieras, una de las startups clave para millones de personas es Fintonic; una compañía nacida en el año 2012. Permite a los usuarios gestionar de manera unificada sus cuentas y tarjetas y aportarles esa “visión de conjunto” de lo que ocurre con su dinero y con sus gastos para ofrecerles consejo, medidas para ahorrar dinero, evitar comisiones e, incluso, a través de su marketplace ofertas alternativas (y más baratas) para sus gastos corrientes como los seguros y alarmas.

Esta es una de las claves de las fintech, empoderar al usuario con mayor control de lo que pasa y sin necesidad de convertirse en un experto en finanzas o en banca. Los algoritmos son los que guían y ayudan en pos de conseguir un mejor control del dinero y, si es posible, ofrecer mejores condiciones o rentabilidades a los usuarios e, incluso, pensar en su jubilación.

Pues sí, hay que pensar en la jubilación y en el futuro y ahorrar. Esto es lo que nos propone Inveert, una startup fundada por un equipo que conoce muy bien el sector bancario y financiero y que ha desarrollado una plataforma que ayuda a los clientes de los bancos a fijar objetivos financieros de ahorro personalizado.

Si una persona quiere plantearse un año sabático, una segunda vivienda, que sus hijos puedan cursar un máster o tener un complemento a su pensión de jubilación; la plataforma diseñará una hoja de ruta de ahorro e inversiones a realizar para alcanzar dicho objetivo y, a partir de ahí, contratará los productos financieros de su banco que le permitan cumplir dicho plan.

¿Y cómo ahorrar e invertir de la mano de la tecnología? Una respuesta a esta pregunta es la propuesta de Indexa Capital, una plataforma con más de 30.000 clientes y más de 900 millones de euros en gestión que, tras un cuestionario sobre la tolerancia o aversión al riesgo en la inversión, moverá el dinero que le transfiramos en inversiones gestionadas automáticamente por un algoritmo. Sí, un algoritmo es el que se encargará de mover el dinero y buscar la máxima rentabilidad y minimizar comisiones, todo ello sin que tengamos que ser expertos en finanzas o estar pendientes de las fluctuaciones de los mercados.

Aunque si no nos queremos perder la adrenalina de los mercados, quizás el trading y la compra-venta de acciones pueda ser de nuestro interés y, para operar en bolsa, tampoco tenemos que estar en plataformas complejas o recurrir a gestores de valores; también es algo que podemos hacer cómodamente desde una aplicación móvil.

Ninety Nine es una aplicación española que nos permite operar en bolsa sin demasiadas complicaciones y, sobre todo, sin comisiones excesivas. Desde esta aplicación podremos comprar y vender acciones en los principales mercados de valores y solo pagaremos comisiones en la venta de acciones y en los cambios de divisas. La bolsa también puede ser accesible y asequible gracias a la tecnología.

Pero las fintech no solo complementan a los bancos tradicionales, también hay compañías que están compitiendo de manera directa con los bancos con propuestas de valor diferentes y basadas 100% en soluciones digitales: los neobancos.

N26, Revolut o BNext son tres ejemplos de bancos 100% nativos digitales que nos ofrecen cuenta corriente, tarjetas de pago y todo un abanico de servicios complementarios (compra-venta de acciones, criptomonedas…). Y todo ello sin comisiones de gestión, es decir, compiten con los bancos tradicionales en servicios y en precio desde un enfoque distinto que atrae cada vez a más clientes, sobre todo, a millennials y a la generación Z.

Las fintech también están cambiando el mundo de las empresas

Además del cambio en las relaciones y los servicios entre particulares y bancos, las empresas también están accediendo un abanico interesante de servicios que les aportan valor a ellas pero también a sus clientes y a sus propios empleados.

Si los empleados de una empresa trabajan todos los días, ¿por qué cobran a final de mes? ¿Y si pudiesen cobrar cada día tras finalizar la jornada? ¿Y si pudiesen pedir un adelanto sin tener que lidiar con el departamento de recursos humanos? ¿Es posible flexibilizar la nómina y los cobros?

Esta casuística es la que están cubriendo Loonfy, Devengo o Typs, ofreciendo a las empresas una solución que permite que los empleados cobrar de manera flexible su nómina o acceder a adelantos. Gracias a la tecnología, los departamentos de recursos humanos evitan la rigidez y, de paso, ofrecen ventajas sociales a sus empleados con un mayor control de sus finanzas y sus nóminas (sin tener que esperar hasta final de mes para cobrar).

En el ámbito de la financiación, las empresas de consumo siempre han ofrecido facilidades de pago a los clientes a través de pagos a plazos. Tradicionalmente, los comercios que ofrecían pagos a plazos concertaban un producto financiero a un banco determinado y era el que ofrecían, independientemente de la compra o el período de pago.

Lendismart plantea un enfoque distinto y ofrece a los comercios un panel con múltiples financiadores bancarios para que estos le puedan ofrecer a sus clientes las mejores condiciones para su compra. ¿Por qué depender de un banco cuando puedes comparar en tiempo real y cuidar a tu cliente con las mejores condiciones del mercado? Poner al cliente en el centro siempre acaba dando mejores resultados y fideliza las relaciones.

¿Y solo las tiendas físicas ofrecen financiación? Por supuesto que no, las tiendas online también permiten pagar a plazos y con Lendismart es posible y, por supuesto, también con Aplazame, startup fintech española que fue adquirida por WiZink Bank para dotarse así de un producto financiero al consumo 100% nativo digital.

La brecha digital y la banca

Y aunque la tecnología irremediablemente ha cambiado nuestra relación con los bancos y nuestra gestión financiera, al final sigue existiendo una brecha digital y generacional que se está quedando fuera y no es capaz de subirse a esta ola porque nadie les ha ayudado a surfearla.

Con el cierre acelerado de sucursales y cambios de condiciones, nuestros mayores han tenido que adaptarse por obligación a tratar con un cajero automático sin formación y apoyo y, en poco tiempo, tendrán que realizar más trámites de manera autónoma. Para que la transformación sea efectiva, nadie puede quedarse atrás ni tampoco desatendido y esto, a veces, es algo que el sector bancario y financiero olvida. 

Sin formación, no hay transformación real pero la ola ya está aquí y lo está cambiando todo por completo, así que más nos vale aprender y, por supuesto, más le vale al sector ayudar a formar y así conservar a sus clientes.