A lo largo de la crisis derivada de la pandemia del coronavirus, el videojuego ha logrado proporcionar una manera única para apoyar a la sociedad conectando a las personas mientras estaban físicamente separadas. Lejos de actuar únicamente como opción de entretenimiento, los videojuegos han facilitado puntos vitales de conexión e interacción social, entretenimiento y distracción en los duros meses de confinamiento domiciliario. En consecuencia, han contribuido positivamente a que los videojugadores se mantuvieran mental y físicamente bien, al tiempo que la industria mantenía su compromiso de promover un consumo responsable y salvaguardar la seguridad de nuestros menores. La propia Organización Mundial de la Salud OMS instó en su momento a jugar a videojuegos para mantenernos activos en los meses de cuarentena.
El videojuego ha pasado a convertirse en la opción favorita de ocio para una gran parte de la población. Nuestro país ya cuenta con una base de 16 millones de videojugadores, cifra que sigue aumentando con los años, abriendo camino a una comunidad transgeneracional y diversa. Y es que no es ninguna novedad que el estereotipo de jugador está evolucionando. Hoy en día los usuarios de videojuegos son de todas las edades, géneros, culturas y nacionalidades. Promover y cuidar esta diversidad es fundamental para dar más poder a todos estos nuevos públicos consumidores de videojuegos. También es prioritario trabajar por visibilizar a más referentes femeninos en la industria y en los propios juegos, representando a la mujer en toda su complejidad, incluyendo su apariencia, habilidades, personalidad, roles sociales y poder.
En base al anuario de AEVI, en España el tiempo medio de uso de videojuegos es de 7,5 horas a la semana, lo que implica que los usuarios juegan de media aproximadamente una hora diaria. Esta cifra se sitúa por debajo de países de nuestro entorno como Reino Unido con 12,2 horas, Francia con 8,9 horas, Alemania con 8,8 horas o Italia, con 8 horas semanales. En este aspecto, la propia industria remarca la importancia de disfrutar de los videojuegos en base a un consumo responsable. Toda opción de ocio o actividad que se realice en exceso puede llegar a ser nociva: el deporte en exceso, la comida en exceso, la lectura en exceso, etc. Por eso y debido al aumento del uso de videojuegos como consecuencia de la pandemia, la industria ha redoblado sus esfuerzos por trabajar en iniciativas que promueven el uso adecuado de los videojuegos.
Un ejemplo es nuestro proyecto The Good Gamer, plataforma multimedia, pionera en Europa, cuyo objetivo es difundir las medidas de consumo responsable impulsadas por la industria y promover los valores positivos de los videojuegos. Desde ella también animamos a los padres a involucrarse en el mundo de los videojuegos, para conocer mejor a sus hijos, disfrutar en compañía y acordar límites juntos.
La implicación de los padres en la educación digital de sus hijos es crucial a la hora de hacer un uso saludable de las nuevas tecnologías. Por esta razón, la industria ya ha implantado medidas de protección: todas las videoconsolas, dispositivos, sistemas operativos y los propios videojuegos están equipados con sistemas de control parental, lo que permite a los padres proteger la privacidad de sus hijos y la seguridad en línea de acuerdo con diversos parámetros, entre ellos, gestionar el tiempo de juego, bloquear vídeos e imágenes o directamente desactivar la posibilidad de realizar compras internas en el videojuego.
También disponemos de códigos PEGI, unas etiquetas diseñadas para dotar a los videojuegos de información orientativa sobre la edad adecuada para su consumo y la clase de contenido que puedes encontrarte en su interior -miedo, lenguaje soez, violencia, etc.-. Además, desde las empresas nos van anunciando cómo se sigue continuamente investigando, innovando y trabajando para poder ofrecer al usuario las mejores garantías.
En cualquier caso, en los últimos años la percepción general del videojuego es cada vez más positiva, cada vez hay menos prejuicios porque la gente de todas las edades los conoce mejor y sus valores cuentan con enorme reconocimiento social. De hecho, cada vez se da más visibilidad a los beneficios que científicos y educadores dicen que los videojuegos aportan, más allá del entretenimiento. Los videojuegos son cultura, innovación y un pilar del mundo digital que genera empleo de calidad y con cada vez más impacto en otros campos como la educación, la salud o la empresa.