Todos hemos sido testigos de una gran cantidad de profesionales que, como Juan, han pasado de temer el teletrabajo, a convertirse en motores del cambio.
Hace unos meses, cuando decidimos como empresa que todos nuestros trabajadores permanecieran teletrabajando, Juan R.J. un trabajador reconocido por su amplia experiencia y conocimiento experto, se acercó para comentarme; “no creo que podamos obtener los objetivos previstos teletrabajando”.
Su preocupación anticipaba dificultades en cuatro ámbitos: agilidad, comunicación, cohesión del equipo y relación con el cliente.
Hasta la fecha, la organización mantenía una cultura presencial, si bien en los últimos años se había trabajado intensamente la transformación digital y la incorporación de metodologías ágiles, lo que nos auguraba buenos resultados. Desde mi visión de personas, el compromiso demostrado de nuestros profesionales me generaba la confianza suficiente para defender que nos creceríamos ante las dificultades.
En la conversación que mantuvimos, únicamente le pedí que actuase con la profesionalidad, humanidad y responsabilidad que siempre había demostrado. La empresa confiaba en su equipo.
Después de unas semanas, curiosamente, fue el mismo Juan R.J. el que se focalizó en adaptar las metodologías ágiles al nuevo entorno de teletrabajo. Seleccionó las herramientas colaborativas más adecuadas para dinamizar al equipo de forma remota, y fue mejorando día a día sus habilidades. En un breve periodo de tiempo, su equipo se había adaptado a esta nueva forma de trabajo con éxito y se aseguró el cumplimiento de los hitos de los proyectos manteniendo la calidad y las fechas de entrega.
Tras unos meses, los clientes evaluaron su trabajo y obtuvo las notas máximas por su cercanía, desde el trabajo remoto, la resolución de incidencias y la colaboración para la mejora constante del equipo.
Como en este caso, no creo equivocarme al afirmar que todos hemos sido testigos de una gran cantidad de profesionales que, como Juan, han pasado de temer el teletrabajo, a convertirse en motores del cambio. Un colectivo que reclama hoy una mayor autonomía para poder determinar la mejor forma de trabajar y optimizar los resultados.
Así, uno de los aspectos importantes que debemos tener en cuenta para mejorar nuestra empleabilidad actualmente es el “teletalento”, entendido como la capacidad de teletrabajar con eficiencia y gestionar el conocimiento, ya sea de forma individual como en equipo a través de medios digitales.
Aquellos profesionales que, como Juan, han desarrollado esta capacidad, han permitido que las empresas puedan mantener e incluso mejorar su productividad a lo largo del último año y medio.
Los profesionales con “teletalento” muestran dos comportamientos observables:
- Mantienen una socialización óptima para el intercambio y la generación del conocimiento con sus compañeros, equipos y clientes.
- Gestionan sus entregables, anticipan las necesidades y se coordinan con el entorno para asegurar los resultados y la productividad del equipo de trabajo, de manera que todos estén involucrados y sean conocedores de las actividades realizadas.
Nuestro reto es poder detectar y desarrollar ese “teletalento” de forma eficaz, consiguiendo así realizar las funciones en este nuevo entorno, sin que el intercambio de conocimiento y la relación con los compañeros y clientes se vea afectada.
Tras observar a personas como Juan, resumo tres buenas prácticas para potenciar y desarrollar el “teletalento” en tu vida, en tu empresa y en tus equipos:
- Selecciona cuidadosamente las herramientas colaborativas digitales más útiles para la gestión de proyectos en remoto y asegúrate de que tu equipo/entorno está formado y familiarizado con su uso. Con esta acción potenciarás la productividad y limitarás las distracciones, así como la pérdida de tiempo buscando información y cambiando de una herramienta a otra.
- Establece los canales de comunicación y los criterios de uso que utilizaréis en el equipo para diferentes funciones, tratando de simplificarlos al máximo. Con esta acción se evitarán malentendidos, reduciendo la dispersión y la sobrecarga de información.
- Entiende y acuerda un protocolo de conducta en el entorno de teletrabajo, teniendo en cuenta las necesidades de cada uno y, respetando los tiempos y las agendas de cada uno. Por ejemplo, en Teams, se puede ver cuando alguien está ocupado, eso debe evitar que la persona esté recibiendo consultas y o conversaciones que no permitirían que atendiese correctamente la reunión.
Por último, invito a las empresas a potenciar esta cualidad desde la responsabilidad, la valentía y la confianza en las personas que nos están demostrado compromiso, disciplina y agilidad para obtener resultados en un entorno lleno de retos y oportunidades.