Invertir en startups es crear tecnología y contribuir a la innovación
Durante 2024, la inversión total en startups ha alcanzado los 2.044,88 millones de euros, según los datos de El Referente; cifras que, aunque inferiores a los picos históricos de años anteriores, reflejan el renovado interés de los inversores por este sector, especialmente en etapas de crecimiento y consolidación (donde los riesgos iniciales están mucho más controlados).
Para aquellos interesados en adentrarse en el capital de riesgo, diversificar inversiones o en fortalecer sus inversiones en el ámbito tecnológico, la inversión en startups puede realizarse desde dos perspectivas: la inversión directa y la inversión a través de vehículos y fondos.
Ambos enfoques ofrecen diferentes perfiles de riesgo y oportunidades, adaptándose a las necesidades y estrategias de cada tipo de inversor.
1. Business Angels: capital Inteligente y apoyo estratégico
Los business angels son inversores privados que destinan su capital, y en muchos casos su experiencia, a startups en fases tempranas, es decir, cuando aún están desarrollando su modelo de negocio.
Este perfil de inversor juega un rol clave en el ecosistema de startups, al ofrecer no sólo financiación sino también asesoría estratégica o contactos, algo que puede ser determinante en el éxito inicial de una empresa emergente.
En España, los business angels han ganado visibilidad a través de foros de inversión como los de las escuelas de negocios IESE y ESADE, así como por medio de plataformas digitales como Startupxplore, que facilitan la conexión entre inversores y startups. Además, estos inversores pueden beneficiarse de incentivos fiscales, especialmente en las fases iniciales de la inversión.
Para el business angel, el retorno de la inversión depende directamente de la capacidad de crecimiento de la startup y su éxito en futuras rondas de financiación; además asumiendo que entran en una fase de alto riesgo, se espera alta rentabilidad pero también una alta probabilidad de inversión fallida..
Es por ello por lo que es clave contar con un portfolio diversificado de startups para mitigar el riesgo; sin embargo, deben enfrentarse a la demora en la iliquidez de sus participaciones, ya que dependen de eventos como adquisiciones o rondas posteriores para obtener un retorno.
Recientes operaciones de capital riesgo en España han destacado la importancia de los business angels en la captación de fondos iniciales; son clave en fases de arranque que permiten a la startup alcanzar etapas de crecimiento donde ya sí opera el capital-riesgo.
2. Equity Crowdfunding: democratización del acceso y diversificación de inversiones
El equity crowdfunding ha permitido a pequeños inversores participar en la financiación de startups a través de plataformas digitales, democratizando el acceso a oportunidades de inversión en tecnología.
Si un Business Angel, de media, se puede mover en operaciones de 50.000€ a 100.000€, a través del equity crowdfunding, podemos invertir en compañías en tickets u operaciones más pequeñas, pasando a dividir la operación entre muchos “micro-inversores”.
En España, plataformas como Capital Cell (especializada en biotecnología y salud) o Sego Venture, han logrado captar un gran interés de inversores interesados en proyectos de alto impacto social y medioambiental. Este tipo de inversión permite a los inversores adquirir una pequeña participación en varias startups, lo que les ayuda a diversificar el riesgo en un sector caracterizado por la volatilidad.
El equity crowdfunding ofrece a los inversores la posibilidad de construir un portfolio diversificado, con la ventaja de requerir una inversión inicial relativamente baja. Sin embargo, la iliquidez es una limitación importante, ya que no existe un mercado secundario para estas participaciones. Además, los retornos suelen ser a largo plazo, y el éxito de la inversión está condicionado al desarrollo de la startup y su capacidad para alcanzar rentabilidad.
3. Fondos de Capital Riesgo: diversificación profesional y gestión especializada
El capital riesgo, o venture capital, es un vehículo de inversión diseñado para financiar startups en etapas de crecimiento y expansión.
Este modelo permite a los inversores canalizar su capital en un portfolio diversificado de empresas emergentes, gestionado por un equipo profesional con experiencia en selección de startups.
En 2024, varias firmas de capital riesgo en España han anunciado nuevos fondos enfocados en tecnología y sostenibilidad, consolidando su papel en el ecosistema. Ejemplos destacados incluyen el lanzamiento de un fondo de 70 millones de euros por parte de Creas para proyectos de impacto social y el fondo de 100 millones de euros de Santander e Inveready para impulsar startups tecnológicas.
Convertirse en Limited Partner (LP) de un fondo de capital riesgo (nombre que reciben los socios del fondo que aportan capital) ofrece la ventaja de una gestión profesional y una mayor diversificación del portfolio.
A cambio, los inversores aceptan un horizonte de retorno a largo plazo, generalmente entre 7 y 10 años, y un elevado nivel de iliquidez. La estructura de los fondos de capital riesgo permite que los LPs deleguen la selección y gestión de las inversiones en expertos del sector, quienes se encargan de identificar startups con alto potencial de crecimiento y escalabilidad.
Por tanto, la delegación de la gestión implica que no se tiene relación con las compañías invertidas y tampoco se suele influir en las decisiones de inversión (salvo casos excepcionales); es decir, no elegimos en qué compañías invertimos. La barrera de entrada también es alta, es decir, el ticket de entrada puede estar entre 250.000€ y 500.000€ o incluso más alto, por tanto, no está al alcance de cualquier persona.
Hay gestoras patrimoniales y banca privada que aglutinan inversiones de sus clientes para participar en fondos de capital-riesgo pero esto aleja aún más la conexión del inversor con el impacto de sus inversiones.
Fondos como el de Scipio y Swanlaab, que ha cerrado recientemente los primeros 10 millones de euros de su fondo, y el de Lanai Partners, con 15 millones de euros, representan el dinamismo del capital riesgo en España y su compromiso con el desarrollo de nuevas tecnologías y el apoyo a la innovación.
4. Elegir el vehículo de inversión adecuado
Cada vehículo de inversión ofrece diferentes ventajas y desafíos en función del perfil y los objetivos del inversor.
Los Business Angels encuentran una oportunidad para involucrarse activamente en startups y aportar su experiencia, aunque enfrentan un riesgo de iliquidez significativo y retornos inciertos.
El equity crowdfunding permite la entrada a inversores con menor capital, ideal para quienes buscan diversificar su portfolio en sectores específicos, aunque deben estar dispuestos a comprometerse en el largo plazo.
Finalmente, los fondos de capital riesgo ofrecen una opción estructurada y profesionalizada, adecuada para quienes desean invertir en tecnología a gran escala y contar con una gestión especializada, asumiendo plazos de retorno amplios y un alto nivel de compromiso.
En 2024, el mercado de inversión en startups en España se mantiene como una oportunidad atractiva, especialmente en sectores como biotecnología, fintech y tecnología verde.
La reactivación del ritmo inversor en la segunda mitad del año indica que los vehículos de capital privado seguirán desempeñando un papel crucial en la financiación de la innovación tecnológica y el desarrollo económico en el país donde, además, el sector es dinamizado también por iniciativas públicas como FOND-ICO que aportan capital también a los fondos de capital-riesgo para multiplicar su efecto inversor así como iniciativas similares desarrolladas a nivel autonómico.
VP of Corporate Sector en Genially